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CONFESOR DE UN LAPSO INVISIBLE...

...Análisis de la Realidad que Deviene Esquizofrénicamente en la Historia Cotidiana...Multiplexación de Recursos Académicos para la Comunidad de Científicos y Filósofos Doctos...
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LA EMANCIPACIÓN SOCIAL EN LOS PROCESOS DE FORMULACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA*.




Theoretical perspective for the analysis of social emancipation in public policy.


Mauricio Jaraba Vergara

Licenciado en filosofía y Pedagogía, magister en Estudios Políticos y relaciones internacionales, Candidato a doctor en ciencias sociales y políticas. Docente  investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana, docente cátedra de la Universidad Autónoma Latinoamericana Medellín Colombia. Correo electrónico: mauricio.jaraba@upb.edu.co , mauricio.jarabave@unaula.edu.co


Resumen

Objetivo: Analizar ciertos procesos de emancipación social para entender como estos irrumpen o permiten otra lectura de la política pública en Colombia. Metodología: es un trabajo teórico hermenéutico que posibilita la revisión de la literatura sobre el tema y demanda una postura crítica en el andamiaje conceptual de la problemática. Dos categorías imperan en éste artículo; Política pública y emancipación social que sirven como fórmula para comprender la ecuación: participación, democracia, reivindicación de los derechos y principios basados en la organización social y la constitución política. 
Resultados: Podemos considerar, que la investigación nos conduce a explorar territorios sobre la actividad política que debe ante todo, permitir que se construyan acciones colectivas de integridad, que favorezcan la cohesión entre Estado y sociedad y los mecanismos democráticos. 
Conclusiones: Las herramientas para el análisis de la política pública, son ante todo un instrumento implementador, medidor y evaluador que nos indican el grado de efectividad de las estrategias interventoras que señalan el mejoramiento. Así mismo, este análisis ofrece una renovación de los estudios para la comprensión del Estado y sus acciones, máxime cuando se trata de la organización social y la autodeterminación.


PALABRAS CLAVES:
Emancipación, política pública, democracia, participación, autodeterminación, reconocimiento de derechos.


Abstract

I target: To analyze certain processes of social emancipation to deal as these irrumpen or they allow another reading of the public politics in Colombia. Methodology: it is a theoretical hermeneutic work that makes the review of the literature possible on the topic and demands a critical position in the conceptual scaffolding of the problematics. Two categories reign in this one article; public Politics and social emancipation that they serve as formula to understand the equation: participation, democracy, recovery of the rights and beginning based on the social organization and the political constitution. Results: We can think, that the investigation drives us to explore territories on the political activity that has to first of all, allow that collective actions of integrity should be constructed,


Key words:
Emancipation, public politics, democracy, participation, self-determination, recognition of rights.


Introducción

“No existe independencia del poder, ni el
sujeto puede oponerse
a él o polarizarse, pues el poder atraviesa todo
el campo
de lo social. La “resistencia” al poder forma 
parte de sus
mecanismo”

2005, Albano

La implementación y formulación de las políticas públicas en Colombia es un tema que viene cogiendo vigor. El proceso de su conocimiento y adelanto apenas evoluciona en el lenguaje común gubernamental y específicamente en el ámbito local y regional. Colombia ha sido un escenario de múltiples transformaciones sociales, es por eso, que analizar las políticas públicas desde los términos de emancipación social, sugiere una perspectiva de reconocimiento en los espacios de: participación, igualdad, democracia y reivindicación de los derechos. La emancipación social más que una alternativa, se convierte en ese escenario político donde se construyen sociedades nuevas basadas en principios de organización social y de gobierno en la configuración del sistema político. En este sentido, comprendemos que hay mucho que trabajar a lo que se refiere a la participación e inclusión, por eso, ésta propuesta es solo una posibilidad que señala las iniciativas sociales que van permitiendo lecturas emancipatorias y de reagrupación que tienen su ascensión en el escenario político.



Emancipación social y política pública, análisis preparatorio

El estudio de la política pública se orienta como una herramienta para entender la praxis de la ciencia política, aunque también podríamos entenderla desde otra óptica, señala Raúl Velásquez: la política pública es una acción gubernamental, un proceso integrador de decisiones por parte de las autoridades y entes particulares (2009) estos programas de índice político, tienen un eje articulador que es el escenario social, es aquí donde queremos estudiar la política pública. La emancipación social por su parte, traza unas rutas que nos sirven de esquema cartográfico para comprender la dinámica del binomio, sociedad y política pública. Los principios fundamentados en la organización y la autodeterminación son fundamentales en cuanto buscan edificar procesos que favorecen a la comunidad, ostenta el doctor Oscar Oszlak:

“En los problemas toda sociedad debe decidir de qué manera enfrentar y resolver los problemas que plantean la supervivencia de sus miembros y la convivencia relativamente pacífica del conjunto. En tal sentido, podría hacerse referencia a una “agenda social problemática”, vista como el conjunto de necesidades y demandas de las que se hacen cargo determinados actores sociales, adoptando decisiones y llevando a cabo acciones tendientes a satisfacerlas.” (2007).

     Entender el punto donde converger el Estado y la sociedad en términos de participación es complejo, aunque podemos ocuparnos de mencionar los planos de interacción que existen entre ellos, para esto afirmemos lo siguiente, el objetivo de la formulación de las políticas públicas no es solo resolver principalmente una problemática específica. La participación de ciertos actores que construyen  la agenda de intervención, deben reconsiderar los intereses con que se hacen, es responsabilidad de la ciudadanía, reclamar unos excelentes programas que vayan en busca del mejoramiento. Permitamos que Adolfo Eslava lo exprese: “El ciudadano responsable debe exigir políticas públicas de calidad a cambio de su decisión democrática; en la medida que exista mayor participación en los debates de ciudad, se incrementan las garantías para definir prioridades que propendan por el bien común” (Eslava, 2008) en consecuencia, políticas públicas encaminadas a favorecer a las mayorías están condicionadas a la presencia de ciudadanos bien informados y comprometidos en los espacios de decisión.


Es cierto, que la participación ciudadana en Colombia tiene muchas facetas que explorar y aplicar, empero, pueden crearse estrategias que vayan acordes a promover políticas de participación ciudadana. La construcción de las políticas públicas debe permitir que el ciudadano manifieste su visión, considere y reconsidere su papel. Es necesario saber que la inclusión del ciudadano en el ejercicio de ejecución de los programas públicos; constituye un intento de pluralidad, está es ante todo un ascenso participativo que permite deliberar y juzgar cualquier eventualidad sometida a una dinámica social.

   
  Entender las políticas públicas en el marco de los procesos de modernización del Estado no sólo implica comprender los cambios en la gestión gubernamental en la relación Estado y Sociedad Civil, sino también cambios en los principios o ejes rectores de las mismas. En tal sentido; las políticas públicas han gestionado una caracterización por incorporar tanto en su diseño como en su ejecución distintos aspectos: La descentralización y la equidad territorial, que constituyen condiciones básicas que posibilitan la constitución de mecanismos y niveles de participación más adecuados y democráticos.


    La descentralización ha producido un cambio significativo del mapa político territorial. Aunque este es un proceso inacabado, ya se destacan algunas tendencias importantes, entre ellas, la aparición de nuevas fuerzas políticas de estirpe ideológica muy variada, que han desbancado a los partidos tradicionales de su hegemonía secular y dibujan en conjunto un panorama disímil que mezcla partidos nuevos de carácter nacional, los partidos liberal y conservador y nuevas fuerzas regionales y locales que han surgido al calor de la elección popular de alcaldes y gobernadores. La equidad territorial se refiere; a la política de equidad espacial que busca mecanismos de igualdad en todos los niveles de bienestar social. En este sentido, hablamos de una redefinición territorial del poder, que busca la focalización de los recursos, donde se pueden beneficiar las zonas rurales y urbanas que buscan redistribuir los ingresos en la promoción del ciudadano.

    En otro punto, cuando las decisiones vienen de arriba, del gobierno, las instituciones implicadas, ponen en juego ciertos beneficios que se han logrado en la trayectoria gubernamental. Por ejemplo, las modificaciones que se pueden dar por intereses partidistas tienden a variar incluso los objetivos que se previeron al inicio de un proyecto público o de un programa. Algunas preguntas que se podrían plantear frente a estos procesos son: ¿qué implicaciones pueden tener la toma de decisiones en una agenda pública? ¿Qué impacto pueden tener las intervenciones políticas para garantizar en fondo, una reelección gubernamental? ¿Corresponden los programas a lo que el gobierno considera como justo o como modelo a seguir? Los intereses particulares no son los mismos que los colectivos, sin embargo, considerarlos es poner en la mesa solo los beneficios y privilegios de unos cuantos. En este sentido, es necesario reconsiderar la influencia que se ve entre los actores públicos, Pierre Muller da un punto de vista, veamos.



[…] La influencia entre los actores, tendrá que ejercerse, generalmente, en el marco de las negociaciones interministeriales, en las cuales e integran los puntos de vista de los diferentes actores que participan en la decisión. La complejidad de la misma del funcionamiento interministerial que hace intervenir numerosos actores animados por lógicas diferentes (administraciones sectoriales, primer ministro, presidente de la república, comité de expertos) es, entonces el reflejo de la complejidad y, sobre todo, de la heterogeneidad de las restricciones que pesan sobre la decisión en materia de política pública. (2006).

     
Quienes formulan la agenda de gestión pública se mueven en un panorama complejo, ya que los análisis implican tener como precedente, múltiples factores sociales, administrativos, económicos entre otros. Al contemplar y tratar el problema, no basta con enfocarse en la demanda social que ha sido requerida, es necesario abrir la famosa caja de pandora,  para examinar los procedimientos; estos hay que hacerlo desde la estructura misma, desde los actores implicados, ya que el impacto de la administración sobre las políticas públicas, se da en todos los niveles, incluyendo aquellas etapas donde se empieza a pensar las posibles soluciones.

     

Por lo anterior, los que configuran el protagonismo de la implementación pública, trazan varias líneas que pueden posibilitar soluciones. Además, nunca se dejan de lado aquellos intereses  que beneficien su cargo. Los actores no actúan en función de un interés claramente definido que desemboca en una estrategia perfectamente homogénea. Una de las finalidades de la agenda de política pública; es razonar procesos aislados para lograr integración de intereses de aquella comunidad afectada. Un camino alterno que puede iluminar este nudo de intereses, donde falta alternar la integración, socialización ideológicaas incluso otros factores, puede ser la de-construcción de las etapas de la agenda. Pero, ¿Qué podemos entender por de-construir las etapas de la agenda?


     De-construir es sinónimo de volver al problema y contemplar la gama de posibilidades que este en sí ofrece. No se trata que cuando la agenda pública sea planteada, se encamine siempre a los intereses y conciernas de unos pocos. Este factor debe ante todo favorecer las formas de emancipación social.

     En consecuencia con lo dicho, la emancipación social como posibilidad de política pública recurre a dos lazos fundamentales; el primer lazo tiene que ver con la participación activa que tienen los ciudadanos a la hora de formular una intervención de un programa de política pública. Este suceso va medido por los derechos, intereses y perspectiva que mueven aquellas personas que están afectadas directamente por el problema. El segundo lazo se remite al factor de de-construir los intereses particulares y ver con más objetividad la implementación de estos programas, recordemos que de-construir se entiende como: “[…] Forma de deshacer, desmontar algo que se ha edificado, demoler lo construido, descomponer en partes lo elaborado, pero no con vistas a destruirlo, sino a fin de comprobar cómo está hecho ese algo, cómo se ensamblan y se articulan sus piezas, cuáles son los estratos ocultos que lo constituyen, pero también cuáles son las fuerzas no controladas que ahí obran”[1]. (Peretti, 1998) es ante todo un ejercicio de cimentar consensos y alternar soluciones que vayan en garantía del bienestar común.


 Como idea principal, cuando retomamos los ciclos o pasos de las políticas públicas como posibilidad de emancipación social, nos damos cuenta, que implícitamente es un proceso secuencial, lógico y que entra en un engranaje procedimental, que los pasos a seguir dependen los unos de los otros para poder avanzar. La emancipación social en la agenda pública, debe responder a reconfigurar una problemática del Estado, encausada desde la perspectiva democrática, desde la participación, para así considerar los derechos de los ciudadanos que buscan inclusión y transformación social.

     


Por otra parte, La emancipación social desde el andamiaje teórico, pretende estudiar las eventualidades sociales contrastadas con los riesgos y las oportunidades existentes en una circunstancia determinada, en este caso, de índole social. La perspectiva teórica busca ante todo, establecer razones de validez a las problemáticas sociales que pueden tener una salida emancipatoria, donde los ciudadanos, son protagonistas directos de su núcleo social.

[…] La emancipación social implica la creación de un nuevo sentido común político. la conversación de la diferenciación de lo político en el modo privilegiado de estructuración y diferenciación de la practica social tienen como corolario la descentralización relativa del Estado y del principio del Estado. La nueva ciudadanía se constituye tanto en una obligación política horizontal entre los ciudadanos. Con esto, se revaloriza el principio de la comunidad y con él la idea de igualdad sin identidad, la idea de autonomía y la idea de solidaridad (Santos, Boaventura 1998,)

     

En este sentido, los programas de política pública juegan un papel de integración entre ciudadanía y Estado, con el fin de dar solución o alternativa a un problema. Cuando nos referimos a emancipación social, hacemos hincapié a un conjunto de luchas procesales, sin un fin definido. Lo que distingue de otros conjuntos de luchas, es el sentido político de la procesalidad de las luchas. De esta manera es, para el campo social de la emancipación, la ampliación y la profundización de las luchas democráticas en todos los espacios estructurales de la práctica social.  Para dar cuenta de esto, es necesario revisar algunos caso que sirven de ejemplo como procesos orientados desde el plano jurídico-político, para considerar este aspecto es necesario tener presente que los procesos emancipatorios, se fundamentan en la teoría jurídico-política tal como lo sustentan Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas. Estos autores, consideran que la emancipación es una forma de inclusión en la democracia participativa constitucional, para esto, es necesario que se genere una cultura ciudadana capaz de hacer valer sus derechos y aplicarlos. Ahora, valdría la pena hacerse la pregunta: ¿Son los derechos una herramienta eficaz para la emancipación social? es posible que los derechos nos ayuden a restablecer una participación política, dado que estos buscan el reconocimiento del individuo en lo social, político, económico, administrativo, salud, seguridad entre otros. 

     
La Corte Constitucional fue creada por la nueva constitución, 91; sin embargo, Colombia ya tenía una larga tradición de control judicial de constitucionalidad, pues al menos desde 1910 se le había reconocido a la Corte Suprema de Justicia; la posibilidad de que declarara con fuerza general la inconstitucionalidad de una ley. En 1992, la cultura jurídica y política colombiana obtuvo un alto grado de familiaridad con la judicial review[2], al punto de que a pocos les parece extraño que ese tribunal tenga la facultad de anular leyes aprobadas por el congreso. La Corte podía entonces entrar a actuar vigorosamente sin temor a dar sanción a las fuerzas, contrariamente a lo sucedido en otros países, en donde la primera tarea del tribunal constitucional ha sido la conquista de la legitimidad para su función.

     
Desde estos términos queremos expresar, que los diseños procesales que sean hecho en Colombia, buscan que el acceso a la justicia constitucional sea muy fácil y poco demandable. Así, desde 1910 existe la acción pública, en virtud de la cual, cualquier ciudadano puede pedir que se declare la inconstitucionalidad de cualquier ley, sin necesidad de ser abogado y sin ningún formalismo especial.

     
Una de las figuras que creo la Constitución de 1991 fue la acción de tutela, en virtud de la cual cualquier persona puede sin empre y cuando lo solicite, sin ningún requisito especial, pedir a cualquier juez el amparo directo de sus derechos fundamentales. En  consecuencia con lo afirmado, puede resultar fácil para un ciudadano convertir un reclamo en una discusión jurídica, tal como se concibe constitucionalmente, como lo han mostrado los estudios judiciales comparados, a mayores posibilidades de acceso a las cortes, mayor influencia política de los tribunales.

     
Frente a lo dicho, la Constitución colombiana ha logrado incorporar los derechos fundamentales al plano político, que hoy resulta interesante porque pone en la mesa, el reconocimiento del individuo en la esfera de la construcción política. En consecuencia, existen unos casos en Colombia que logran articular estos procesos y convertirse en emancipación social por reconocimiento de los derechos[3]. Veamos.

     
El movimiento indígena; ningún otro movimiento social en Colombia durante los últimos 30 años se iguala al de los indígenas en combatividad, fortaleza y logros. Más aún, entre los movimientos indígenas de América Latina, el colombiano es, de lejos, el que más beneficios políticos y jurídicos ha conseguido. Esto sorprende si se tiene en cuenta que la población indígena colombiana es muy pequeña comparada con el porcentaje de indígenas de otros países latinoamericanos como Bolivia, México o Ecuador, que dicha población está muy dispersa en el país y que es muy heterogénea culturalmente. ¿Cómo se explican entonces esta fortaleza y estos logros? Quizás sea justamente eso: el hecho de que el porcentaje de la población indígena en Colombia sea muy bajo y que las concesiones hechas por el gobierno no representan un precio inaceptable frente a la legitimación política lograda, lo que explica la falta de oposición dentro de las élites dominantes al proceso de reconocimiento y protección de las culturas indígenas iniciado con la constitución de 1991.

     El segundo caso tiene que ver con el movimiento sindical; el movimiento sindical en Colombia tiene una larga historia de luchas que se inician durante las primeras décadas del siglo XX.

[…] “De manera similar a lo que sucede con el movimiento indígena, a partir de los años sesenta, la estrategia política de los sindicatos en Colombia era esencialmente ideológica, de confrontación, y muy influenciada por una concepción marxista de lucha de clases. La constitución de 1991 fue promulgada en un momento de crisis de los movimientos sociales y, en general, de la izquierda, momento que coincide con el surgimiento de las minorías. El movimiento sindical ha tenido dificultades para adaptarse a este nuevo tipo de lucha política. Este cambio de perspectiva en la acción política de los sindicatos ha sido facilitado por la ampliación del concepto jurídico que resulta de las decisiones de la Corte Constitucional en las cuales se protegen los derechos de los trabajadores a partir de los principios constitucionales mismos y no de la ley laboral. En efecto, la Corte, a través de la acción de tutela, ha desaprobado ciertas prácticas discriminatorias contra los trabajadores sindicalizados, prácticas que no obstante no violaban ninguna norma del código laboral” (Uprimny y Garcia 2004).


Así, por ejemplo, la Corte ordenó el reintegro de trabajadores sindicalizados que fueron despedidos con el cumplimiento de todos los requisitos legales, debido a que se negaba el principio de igualdad por el hecho de haberse despedido sólo a aquellos trabajadores sindicalizados. En un caso similar la Corte ordenó el reintegro de 209 trabajadores sindicalizados de las Empresas Varias de Medellín con fundamento en un concepto de la Organización Internacional del Trabajo.

     En otra instancia, los derechos de los homosexuales; la visibilidad de los homosexuales en defensa de sus derechos se hace más clara a partir de la constitución de 1991, veamos:
 […]A partir de esa fecha, y en especial de varias sentencias de la Corte Constitucional, el tratamiento jurídico de la homosexualidad varía en forma sustantiva. Así, varios regímenes laborales, como los de educadores y de la fuerza pública, que prevenían que una persona podía ser sancionada por conductas homosexuales. La Corte ha atacado la discriminación contra los homosexuales en todos esos ámbitos. Aunque algunos han criticado ciertos aspectos de la jurisprudencia de la Corte, que consideran tímidos en insuficientes, en general estas decisiones son consideradas muy avanzadas, no sólo por muchos miembros de grupos gay en Colombia sino incluso por estudiosos de otros países” (Uprimny y Garcia 2004)

¿Qué impacto pudo entonces tener la jurisprudencia de la Corte en ese mayor reconocimiento social y jurídico de los homosexuales y viceversa? A pesar de su mayor visibilidad y una cierta participación en política, resulta difícil decir que en Colombia exista un movimiento de los homosexuales sólido para defender sus derechos. A lo sumo existen grupos, con intereses diversos, que se reúnen coyunturalmente para impulsar algunas marchas o acciones judiciales.

     De lo anterior se sigue, que la demanda de tutela sentencia 406/92 que se llevó a cabo en la ciudad de Cartagena sobre la calidad del servicio del alcantarillado, debe ante todo defender los derechos fundamentales consagrados en la constitución y acorde con la dignidad humana. La corte constitucional en el año de 1992 dio sanción al servicio de alcantarillado en la ciudad de Cartagena por motivo de  salubridad pública, esto llevó a que los ciudadanos hicieran parte de una decisión jurídico política a razón de que Colombia es ante todo, un Estado social de derecho, donde se entiende e interpreta que el Estado reconoce los derechos y hace partícipe democráticamente o constitucionalmente a sus ciudadanos[4]

     Resumamos: se puede decir que lo planteado remite a considerar que los movimientos sociales logran establecer junto con las acciones de tutela, formas de emancipación social que se dan través de estrategias jurídicas propiciadas por el activismo progresista de la Corte. En el caso de los movimientos sociales, se plantea una situación problemática considerable que lleve adelantar sus luchas políticas tradicionales y se logre reconocer el esfuerzo por la equidad en todos los niveles. Por otra parte, los riesgos de estas estrategias son claramente mayores cuando se trata de las demandas tutelarías, estás buscan restablecer principios sociales que reconozcan los derechos del hombre dentro del ordenamiento autoritario y jerárquico de la sociedad colombiana.

     De esta manera, considerar la emancipación social como proceso de formulación de política pública, se convierte en una alternativa de resistencia para el mecanismo de implementación político de estos programas. La emancipación social se centra en la puesta común de los intereses del ciudadano. No es lo mismo que el gobierno ejecute una  política pública bajo la perspectiva estatal, que un proceso participativo e incluso emancipatorio donde el ciudadano pone en común toda una escena de argumentos que permiten la inclusión de intereses y perspectivas.

     La emancipación social entendida desde los procesos de autodeterminación, alude a la capacidad que posee un colectivo social para emanciparse del poder hegemónico percibidos por ellos como opresivos, “[…] discriminatorios, e injustos y que de alguna manera estarían condicionando, el libre ejercicio de su vida en común, lesionando su dignidad, conculcando sus derechos o poniendo en riesgos sus vidas, sus pertenencias y bienes colectivos” (Arendt, 1974) En consecuencia con lo dicho, María Teresa Uribe comenta:


“Autodeterminarse implica asumir libremente y sin interferencias su propio devenir como pueblo  o como conjunto social; decir sobre las reglas de la convivencia y sobre el tipo de orden político que se considere más adecuado, consultando la voluntad general o la voluntad de la mayoría según sea el caso, construir los aparatos administrativos o de gestión necesarios para poner en acción el orden político adoptado y para preservar lo que ese colectivo hubiese definido como su patrimonio cultural e histórico” (2004).

     
La autodeterminación postula un hecho del todo participativo de la actividad política, en el escenario público de actores sociales portadores de reivindicaciones específicas asociadas con el reconocimiento de las diferencias de género, edad, etnia, cultura, desarrollo desigual o condición social entre otras; obliga a redefinir los contenidos de la autodeterminación política, teniendo presente las múltiples circunstancias de la vida social.

     La resistencia de la autodeterminación social, es sin duda, una puesta en marcha de variadas estrategias que buscan la inclusión del ciudadano en la arena del sistema político. Los programas de política pública en Colombia frente a lo dicho, se encuentran cara a cara con una resistencia visible de índole social que trata de significar nuevas maneras de producción del poder y que se expresa en la esfera de lo público con argumentaciones razonables. 

     Siguiendo lo afirmado anteriormente, podemos conectarnos en que el Estado reaparece en circunstancias límites para neutralizar o tratar las problemáticas. Frente a este contexto, Pierre Muller, considera que las políticas públicas más que un hecho intervencionista o reaccionario: “[…] son mucho más que unos procesos de decisión, en los cuales participan unos autores. Constituyen el lugar donde una sociedad dada, construye su relación con el mundo. Por consiguiente, las políticas públicas, deben analizarse como unos procesos a través de los cuales van a elaborarse las representaciones que una sociedad se da para entender y actuar sobre lo real”. (2006)

     Las políticas públicas deben tener presente que la responsabilidad social es un principio fundamental donde se cimientan grandes decisiones política. En estos términos comprendemos que los problemas que enfrentamos en el Estado, son la manifestación de las decisiones que se tomaron para la aplicación de un programa público sin la medida cautelosa de haber diagnosticado por medio de un estudio considerable. Sólo funcionó como acciones interventoras o reaccionarias.

     Las políticas públicas son sin duda una construcción social tal como lo plantea Muller, no son una gama de estrategias procesales propuestas por unos cuantos, es ante todo una propuesta participativa que involucra a los afectados y a los mecanismos gubernamentales, que actúan con eficiencia sobre un hecho específico.

    Lo positivo de estudiar las políticas públicas desde el aspecto teórico, es que se señala toda una ruta de discusiones conceptuales que dan fundamento a la hora de plantear y ejecutar un programa; por ejemplo, examinar las estrategias y el uso de estás, el papel del Estado en la implementación y ejecución, el establecer medidas que promuevan los intereses estatales y sociales. Ahora bien, si lo teórico de la emancipación social nos conduce por estas sendas mencionadas, porqué rutas nos puede llevar la emancipación desde la una mirada sociológica.   

     Desde una perspectiva sociológica, la política pública permite detallar algunos elementos como la inclusión social, la cual reivindicaremos con el término participación para efecto de construcción e implementación de la política pública, otro elemento, son las medidas instrumentales y formas con la que se da la participación a los grupos o comunidades sociales.

     Las eventualidades que producen cambios en una sociedad son apreciables en la medida que pueden afectar el desarrollo de un programa de política pública. En muchas ocasiones no es suficiente establecer políticas que auxilien estos problemas, hay que analizar cuáles serian esos cambios sociales que pueden variar y que además no dejan ver el panorama con claridad para lograr una solución asertiva, de esta manera, la participación y la inclusión son importantes porque buscan restablecer desde la reivindicación de la ciudadanía social, caminos propios de emancipación


[..] La participación social, popular, comunitaria, ciudadana, muchos nombres para designar un proceso según el cual determinados actores de la sociedad civil se movilizan, se “activan”, irrumpen en un escenario público e intentan influir sobre las reglas y procesos que enmarcan sus condiciones de existencia y reproducción. En particular, sobre las políticas estatales y el modo de organización social a las que ellas apuntan. Son múltiples las circunstancias, condiciones y modalidades que caracterizan la participación ciudadana, aún cuando los estudiosos no hayan conseguido todavía llegar a un consenso acerca de las categorías analíticas que permitirían formular una teoría general aceptable sobre el tema. La propia naturaleza polisémica del término que adjetiva esa participación (ciudadana, popular, social, cívica, comunitaria) es una primera indicación, sin entrar a considerar las dificultades que todavía enfrenta la definición de lo que debemos entender por “sociedad civil”. Menos claro aún es el alcance que debemos dar al término “participación” o, incluso, al de “políticas públicas”, supuesto referente de esa participación” (Oszlak, 2006)

    La participación como lo sustenta Oszlak, es una forma de irrumpir los escenarios públicos, de activar sin medidas la inclusión ciudadana. Aunque muchos estudiosos no se hayan colocado de acuerdo todavía con el concepto, una de las importancias que ofrece la participación vista desde un horizonte sociológico es considerar que los intereses privados no deben imponer su concepción frente al equilibrio social.

     La importancia de tener presente la inclusión de la población afectada, es que las decisiones no pueden partir arbitrariamente desde juicios a priori, donde todo el trabajo puede terminar desembocando en un Estado asistencialista, que sólo efectúa sus respuestas desde lo que cree. Si se trata de tener presente las finalidades de la política pública hay que permitirles a los ciudadanos, deliberar y juzgar los programas que sean de su interés. Margarita Boladeras retoma unos elementos de un análisis hecho entre Hannah Arendt y Habermas y enuncia:   “Los ciudadanos son «portadores del espacio público» y en él expresan problemas de los distintos ámbitos de su vida privada. El medio propio es la interacción comunicativa, es decir, la práctica comunicativa cotidiana que se produce a partir de la inteligibilidad general de los lenguajes naturales. Este intercambio comunicativo produce argumentos, influencias y opiniones”. (Boladera, 2001) la participación de la población es un hecho que confronta intereses y pone de relieve lo que puede ser justo o injusto.

     En otro aspecto, el racionalismo económico implementado por algunas instituciones o el Estado parten de la lógica de menor inversión, más productividad. Cuestión que al ser racionalizada  en los programas de políticas públicas no corresponden con lo que tal vez pretendían  la sociología desde Marx a Durkheim y Talcott Parsons, que habían cultivado una visión de la sociedad como un todo integrado. En el esquema marxista por ejemplo, se supone que la cultura, corresponde en cierto modo con la economía y la sociedad. Marx entiende que es “la sociedad  -mediante la lucha de clases, la que hace que el Estado recobre sentido”  El Estado implementa formas racionales en la sociedad porque siempre está en busca de su perfeccionamiento, el Estado encarna una figura de modernidad occidental, se entiende a sí mismo, se desprende de las estructuras “arcaicas” y se implemanta y proyecta según sus intereses. En Marx se podría interpretar que el planteamiento de las políticas públicas se encuentran activadas en función de caridad o asistencia del Estado burgués a las clases bajas; el caso de indigentes y pobres. Dice Hirschman: “A medida que esta sociedad genera nueva riqueza, engendra a la vez ciertos problemas de desigualdad emergente y deterioros regionales o sectoriales a menudo injustos o que son percibidos como tales. De aquí afloran, en el ámbito político, demandas de reformas y acción política. A su vez, tales reformas y medidas tienen consecuencias económicas”  (Hirschman, 1994)

     Cuando no se tiene bien previsto el estándar económico del programa para efecto de su desarrollo, puede terminar como lo dice Hirschman en un círculo vicioso de desigualdades sociales arrojando al programa político en una nueva eventualidad.

     


Precisión metodológica y Conclusión

La realización de este proyecto induce a efectuar una revisión bibliográfica y teórica que puede dar línea a los procesos democráticos y participativos. La emancipación social, funciona como mecanismo integrador entre los procesos políticos y la sociedad civil. Igualmente el plan de análisis de la investigación, tuvo todo un rigor científico que la temática requiere, se utilizaron tablas de comparación, se recurrió a la sistematización de procesos de política pública en Colombia que sirven como estudio y seguimiento de los procesos emancipatorios en el país; además, se dispuso el tema para discutirlo con varios estudiosos que comparten el interés en las políticas públicas y llegar a conclusiones que se pueden considerar sobre diferentes problemáticas.

     En el transcurso de la investigación, se hallaron ideas esperadas e inesperadas, lo que lleva a pensar, que pueden ser puntos de atención para futuros procesos investigativos más profundos y de mayor análisis; además, quedan en la mesa, varios temas que a juicio personal, habría que reflexionarlos y examinarlos con lupa para aquellos estudiosos que quieran abrir debate y posibilidad de estudio en el tema. Las problemáticas que pueden prestarse para ampliar su reflexión son: ¿Son las políticas públicas un mecanismo de biopoder o biopolítico? ¿Qué efectividad tienen los modelos de implementación de política pública en el sistema social? ¿Cuál es la naturaleza real del concepto de política pública? aunque estas preguntas nos agolpan, pueden servir de puente para futuras investigaciones.

     La problemática sobre política pública y los procesos emancipatorios, nos condujeron a reflexionar factores como la democracia, la gobernabilidad, la compatibilidad con el marco constitucional y su sustentación con la participación intelectual y práctica de los ciudadanos que requieren considerar las libertades, las oportunidades y las utilidades de la sociedad civil. La presente investigación busca convertirse en una herramienta de carácter interpretativo, analítico que posibilite comprensión a la hora de formular política pública desde el contexto de la emancipación social. 

Involucrarse en el tema de emancipación social en los procesos de política pública, es adentrarse a cuatro campos fundamentales del sistema político y reconstruir todo un escenario social en los procesos de transformación, que implican incluir al ciudadano en las decisiones colectivas y de interés común. El primer campo fundamental se refiere a los procesos democráticos que reivindican a los ciudadanos con las acciones participativas en la toma de decisiones. La participación democrática es sin duda alguna, un modelo de comportamiento social fundamentado en los principios del pluralismo, la tolerancia y la responsabilidad ciudadana. El segundo campo menciona la importancia de la autodeterminación social como forma de desligarse de los mecanismos que se establecen para organizar y administrar los bienes sociales que funcionan de manera regulativa. La autodeterminación implica, asumir libremente el propio devenir como pueblo o como conjunto social, que busca alternativas de solución a los diferentes avatares sociales. El tercer campo hace énfasis a la teoría jurídico-política que restablece el reconocimiento de los derechos individuales y sociales en todo un panorama político-social. El Estado social de derecho, reivindica al ciudadano en las acciones políticas, estos derechos contemplados en la Constitución Política, construyen un puente entre la integridad del individuo y su participación en el sistema político. Por último; el cuarto campo es la estructuración de la agenda política, que pretende organizarse en un marco administrativo funcional que busca liderar las tensiones sociales para dar vía de solución a las diferentes problemáticas. La formulación de la agenda coloca de manifiesto los intereses gubernamentales que se ocupan de aquellas problemáticas que se consideran altamente importantes.


Referencias.

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·         Bardadach, Eugene. (2008) Los ocho pasos para el análisis de las políticas públicas. México, Porrúa.

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·         Boladeras, Margarita. (2001) La opinión pública en Habermas. Barcelona, Universidad de Barcelona.

·         Castañeda, Wilson. (2009). Políticas públicas en sistemas críticos. Colombia, Universidad Nacional.

·         Castells, Manuel. (1986). La ciudad y las masas, sociología de los movimientos sociales urbanos. Madrid, Alianza.

·         Corte Constitucional. (1994) Sentencia C-180. Recuperado de http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4176

·         Corte Constitucional. (1992) Sentencia T- 406. Recuperado de http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1992/t-406-92.htm

·         Eslava, Adolfo. (2008). Políticas públicas y control social, Una aproximación neo institucional. Colombia, Eafit.

·         Hirschman, Albert. (1994). La política y el análisis de la política en América Latina. Un viaje de regreso. México, Fondo de Cultura Económica.

·         Muller, Pierre. (2006). Las políticas públicas. Colombia, Universidad de Externado de Colombia.

·         Oszlak, Oscar. (2009). Implementación participativa de las políticas públicas: aporte a la construcción de un marco analítico.  Buenos Aires, Presidencia de la Nación

·         Peretti, Cristina. (1998). Diccionario de Hermenéutica. Bilbao, universidad de Deusto.

·         Santos, Boaventura. (1998). De la mano de Alicia, lo social y lo político en la posmodernidad. Bogotá, Uniandes.

·         Gavilanes, Raúl. (2009). Hacia una nueva definición del concepto política pública. Bogotá, Desafíos.

·         Schütz, A. (2003). Estudios sobre teoría social. Buenos Aires: Amorrortu.

·         Uprimny, Rodrigo y Garcia Mauricio (2004). Corte constitucional y emancipación social en Colombia. Colombia: Universidad de Antioquia.




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* Este trabajo es producto de la tesis de maestría “La emancipación social en los procesos de formulación e implementación de la política pública” Desarrollado en el programa de estudios políticos y relaciones internacionales de la Universidad Pontificia Bolivariana. fecha de realización Enero del 2011 hasta Enero del 2013.
[1] Apropósito, el termino De-construir remite a múltiples ascensiones en su significado, pasando por autores como Jaques Derrida, Cristina Peretti entre otros, quienes proponen que este proceso de de-construir es una manera de desarticular aquellas partes construidas, en este caso, de una política pública, no con el ánimo de destruir si no con  la disposición de fortalecer y fundamentar cada una de las partes que integran ese proceso.


[2] Entendemos por Judicial Review, al control o revisión judicial que se le hace a las leyes que decretan un derecho establecido.
[3] Frente a este panorama, cabe remitirnos a los análisis que realizan Rodrigo Uprimny y Mauricio Villegas sobre: “Corte constitucional y emancipación social en Colombia” en este trabajo, los autores mencionan tres casos principales que traemos para fundamentar nuestros análisis, donde reconocen una forma constitucional y emancipadora. El caso de los indígenas, los movimientos sindicales y la comunidad gay donde se reconocen los derechos fundamentales por medio de un acto jurídico.
[4] La sentencia T– 406/92 Establece que Colombia es ante todo un Estado social de derecho, por tanto, es fundamental tener presente en las decisiones de la corte, los principios constitucionales que establecen la aplicación de los valores que defienden la vida humana. 

Logos o razón como comprensión del mundo





MAURICIO JARABA VERGARA.
DOCENTE INVESTIGADOR DE
DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA.
LICENCIADO EN FILOSOFÍA Y PEDAGOGÍA
MAGISTER EN POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
CANDIDATO A DOCTOR DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO

“La filosofía no se inició con los griegos, se inicia
Todos los días con los griegos” Juan Rulfo.

De las múltiples cosas que heredamos de occidente, el logos configura gran parte de nuestra comprensión sobre el mundo. Variada es su ascensión semántica; razón, ciencia, estudio, tratado, lenguaje cierto, develación del ser,  acontecimiento que se desoculta entre otros. El logos es el responsable directo de la pregunta si existimos realmente, si lo que estamos viendo en este momento es realidad o solo es una proyección de nuestras ideas. Por ejemplo contemplar la silla, ver fluir el rio, observar a mis compañeros. ¿Es realmente cierto? ¿Es solo una proyección de mis ideas? Pero aun así, valdría la pena roer esta procedencia que occidente nos ha heredado, ¿Qué es realmente el logos? Varias consideraciones podrían atraparnos para acercarnos a la respuesta. Empero, los antiguos griegos hicieron del preguntar un ejercicio filosófico para tratar de llegar a la esencia de las cosas, ese logos que aceptamos como razón es para occidente un faro que ilumina la senda en plena noche, es la manera de nombrar y atrapar lo que no se ha dicho, es la soltura del lenguaje por reconocer la verdad, es el carruaje halado por la fuerza del caballo como lo comenta Platón, es una forma de habitar el mundo.  


La razón ha vuelto a la argumentación una gimnasia dialógica, una metáfora existencial sobre lo que somos y seremos. La develación del logos es un ejercicio plenamente griego y este, ha puesto su morada en la existencia. Somos razón, pensamos ayudados por la razón, nuestras decisiones están mediadas por la razón. Aunque muchos afirman que no solo somos razón y este juicio es agradable reconocerlo. Bien lo afirma el viejo Quirón cuando hacía de sus razonamientos un nombrar al hombre por medio del mito: “el hombre es ese animal paradójico, mitad bestia, mitad humanidad” sin duda alguna aquellas pasiones desenfrenan lo dionisiaco, pero la razón empuja al hombre a volver sobre lo apolíneo, el orden.


Si la razón es nuestra herencia, la copa que día a día empuñamos para celebrar nuestros pensamientos, una tradición que nos viene del más entrañable recuerdo. ¿Por qué la filosofía hoy en día sigue siendo tan monástica, doctrinal, histórica? Muchos han hecho del ejercicio filosófico una tiranía de lo escrito donde los pensadores cumplen en repetir a pie puntillas la tradición.  En este sentido, es la tiranía de la clase,  la que nos domina cuando nos expresamos, porque los conceptos solo ven la superficie de algo que ya se dijo, en cambio, el interior del concepto pertenece a la vida, a los avatares, a la fluidez de la razón en comprender y hacer del mundo una nueva lectura, en desvelar el lenguaje del ser, de lo cierto.


De esta herencia queda por enunciar algo, “La filosofía como forma de pensar y forma de vivir tiene en el logos su expresión y en el eros su secreción, ya que incluso la razón tiene en la pasión su causa motriz”.  Por eso es que pensar debe ser un ejercitarse, un considerar que el pensamiento es imprescindible para la existencia que podemos pensar juzgar y decidir, o como diría Deleuze: “pensar crear y resistir”. Tener presente que lo terrible y fascinante de la filosofía es que nos pone cara a cara con lo que somos, con situaciones impensables. Por eso se debe filosofar riendo porque filosofar es un encuentro fortuito con la razón, un volver y un surgir. Reír es una terapia que desaloja la melancolía, des tensiona el alma, vuelve al cuerpo lo humano sensatamente humano.   

LA EDUCACIÓN ES ACCION RIZOMATIZADA EN LA SOCIEDAD ESQUIZOFRÉNICA CONTEMPORÁNEA: COMPRENSIÓN HUMANA EN CONSTANTE DEVENIR





OSCAR JAVIER MURCIA HERNANDEZ
Filósofo

La sociedad humana es un constructo racional que proviene de un “acto educacional”; éste es un esfuerzo que trata de comprender y dinamizar la realidad cambiante y complejizada del orden teleológico de la humanidad. Es imposible pensar “la sociedad” por fuera de la educación. La educación es una condición que afecta indubitablemente al ser humano, que lucha en contra del “estado de naturaleza”[1] y se incrustar, por una disposición vital, en un estado social bien organizado[2]. Por consiguiente, pensar en una sociedad bien establecida es reflexionar sobre la “educación” como un fenómeno paralelo que surge y se desarrolla en nuevas combinaciones que promueven el enlace de la intersubjetividad humana. Esta relación entre educación y sociedad implica un progreso hacia la “complejidad”; hacia un movimiento esquizofrénico en la inconmensurable realidad científica y metafísica del hombre, que se hace indescifrable y que busca sin cesar su identidad antropológica en una “civilización y [en un] «complicado refinamiento», con las posibilidades del genio y de la locura y de todos sus intermedios (Kant – Béjar: 27). Esto indica que todo está incluido en la oferta del fenómeno de la educación y la sociedad; una actividad enriquecida en el ámbito de la libertad sin límites que se extiende hacia los múltiples paralelismos rizomáticos, que se manifiestan en el ámbito del conocimiento y la pedagogía.



EDUCACIÓN COMO FENÓMENO FILOSÓFICO



La educación es uno de los fenómenos más puros que recoge la esencia del hombre en un acto decente que se perpetua de generación en generación. La educación evidentemente tiene su comprensión en la acción[3] porque es en ella, precisamente, donde se encuentra su finalidad, es decir, porque “si educar es, cuando menos, transmitir información y habilidades que no se traspasan con el código genético […] nos ponemos de acuerdo en definir al hombre como aquel animal que produce informaciones y engendra habilidades que NO se heredan biológicamente; tendremos que Paideia y ánthropos[4] forman dos perspectivas de una sola realidad”(Fullat, 2000:20). Así pues, la educación se hace una condición necesaria de la facultad racional del ser humano para conocer su entorno y encontrar verdades sobre sí mismo en el tiempo: generar en su propia reflexión pedagógica[5], prácticas educativas, que detallen la sustancia de su condición humana y la transformen en una declaración positiva de la historia que se manifiesta a modo de una inteligente providencia[6]. El hombre no puede negar que su condición aprehensiva lo orienta hacia mejores resultados en su camino de saberes, “Porque nos las habernos con seres que actúan libremente, a los que se puede dictar de antemano lo que deben hacer pero de los que no se puede predecir lo que harán y que, en la misma sensación de disgusto que les puede venir del colmo de mal, pueden encontrar un impulso para hacer las cosas mejor de lo que fueron antes. (Kant, 1994: 101–102).

En consonancia, el camino de la educación demuestra que el constante devenir humano exhibe una sociedad causada por la interacción y la intersubjetividad entre sus congéneres, cambiando simultáneamente su posición y sus alcances, por lo cual se presenta la necesidad de comprender una sociedad contemporánea que se halla inmersa en las vicisitudes de una pluralidad humana que eclosiona de una manera esquizofrénica frente a las condiciones de sus propias necesidades de consumo. Por lo tanto, establecer una etiología sobre esta sociedad contemporánea es necesario para pensar el mayor alcance de la educación humana.



ETIOLOGIA DE LA SOCIEDAD ESQUIZOFRENICA

Cuando se habla de una etiología, se está interpretando el contenido de la causa del objeto que entra en reflexión. Si en este caso el objeto del presente discurso es la educación como un fenómeno cambiante y abundante en posibilidades, entonces, así mismo se debe tener en cuenta a la sociedad contemporánea como un objeto quimérico que expresa comprensión científica en la reciprocidad humana.

En consecuencia, esta etiología expone particularmente una categorización de la sociedad contemporánea desde la enseñanza de su principal forma: la esquizofrenia[7]. Este es un modo de invención interminable e inagotable de los deseos productores y las pasiones estimuladoras[8] de los seres humanos que buscan aprender: por un lado, “el deseo produce, produce lo real. Si el deseo es productor, sólo puede serlo en realidad, y de realidad” (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 33); por otro lado, la pasión es sinónimo de acción, “Todo es activo, acciona o reacciona en ese sistema, la acción de la voz de la alianza, la pasión del cuerpo de la filiación, la reacción del ojo apreciando la declinación…”(Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 196). Esto conlleva a entender que la sociedad esquizofrénica es una máquina ingeniosa[9] que fabrica múltiples realidades, múltiples posibilidades, en sus múltiples disyuntivas; es una máquina de combustión, externa e interna, a base de estímulos gigantescos de la arquitectura intelectual humana, a saber, su principal combustible amalgamado es la economía que deviene en Capitalismo,

“La sociedad construye su propio delirio al registrar el proceso de producción; pero no es un delirio de la conciencia, más bien la falsa conciencia es verdadera conciencia de un falso movimiento, verdadera percepción de un movimiento objetivo aparente, verdadera percepción del movimiento que se produce sobre la superficie de registro. […] el producir siempre se injerta sobre el producto, y las piezas de la máquina también son el combustible. […] El capitalismo nace, en efecto, del encuentro entre dos clases de flujos, flujos descodificados de producción bajo la forma del capital-dinero, flujos descodificados del trabajo bajo la forma del «trabajador libre».” (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 19. 38 39.)

Una máquina que se acopla a otras máquinas formando un solo organismo social que no es enteramente mecánico sino que advierte de la presencia de sus integrantes, socios. Es por esto, que la relación maquínica no tiene otro propósito más que una intención hacia la riqueza de la utilidad múltiple de lo que se genera o produce; en consecuencia, en lo que respecta al fenómeno de la educación, será el efecto rizomatológico quien determine la riqueza de la acción de aprender y del efecto que tendrá esta misma en el tiempo humano.



LA RIZOMATOLOGIA DE LA EDUCACION, PODEROSA NATURALEZA QUE SOBREVIENE EN LA CONDICIÓN HUMANA…

La rizomatología consiste en extraer la unidad de lo múltiple, evitando que el movimiento sea determinación en un sustantivo categórico, esto es, educación no es una noción que se determine según la definición de acción, sino que es multiplicidad en la posibilidad de un ser que se ubica en un concepto vigente y renovado que persiste en la realidad. Es decir, hablar de rizoma[10] es hablar de movimiento de múltiples realidades y posibilidades que no se jerarquizan radicalmente; por ejemplo, una perspectiva rizomática de la educación es evidente cuando en su experiencia fenomenica abarca todas las posibilidades como una realidad posible: En un rizoma hay lo mejor y lo peor: la patata y la grama, la mala hierba. Animal y planta… (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 12).

Lo mismo sucede en la sociedad con las posibilidades maquínicas que se ofrecen en el juego de las libertades (múltiples o azarosas), porque sus manifestaciones se canalizan en la objetivación que brinda la educación como rizoma dinámico que edifica lo inverosímil. Por ejemplo,

“El número ha dejado de ser un concepto universal que mide elementos según su posición en una dimensión cualquiera, para devenir una multiplicidad variable según las dimensiones consideradas (primacía del campo sobre el conjunto de números asociados a ese campo). No hay unidades de medida, sino únicamente multiplicidades o variedades de medida. La noción de unidad sólo aparece cuando se produce en una multiplicidad una toma del poder por el significante (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 14)"



CONCLUSION…

El perfecto resultado de una interpretación rizomática de la educación en una sociedad esquizofrénica está en que la acción no se puede estandarizar a una visión univoca de la realidad sino que por el contrario dependen de la multiplicidad cosmovisionaria de los socios. La educación se dispara hacia todos los puntos del universo, tanto mecánico como teleológico para generar múltiples conocimientos y pedagogías, sin desechar nada; nada puede estar por fuera de una posible comprensión humana en constante interrogación; nada se escapa, ni siquiera aquello que de la nada ha llegado a existir.






BIBLIOGRAFIA



1. DELEUZE Y GUATTARI, Gilles y Félix (2004). El Anti Edipo - Esquizofrenia Y Capitalismo. España: Ed. Paidos



2. DELEUZE Y GUATTARI, Gilles y Félix (2004). Mil mesetas - Esquizofrenia Y Capitalismo. España: Ed. Paidos



3. FULLAT, Octavi (2000). Filosofías de la Educación, Paideia. España: Ed. Ceac S.A,



4. FULLAT, Octavi (1979). Filosofía de la Educación. España: Ed. Ceac S.A,



5. KANT Y BÉJAR, Immanuel y Agustín (2001). Ensayo Sobre Las Enfermedades De La Cabeza. Madrid – España: Ed. Mt a Machado Libros,



6. KANT, Immanuel (1994). Filosofía de la historia. México: Ed. Fondo de cultura económica.



7. RAWLS, John (2006). Teoría de la Justicia. México: Ed. Fondo de cultura económica,



8. WOLFF, Jonathan (2001). Filosofía política, Una introducción. España: Ed. Ariel.




[1] Primero nos imaginamos un «estado de naturaleza», una situación en la que no hay Estado y nadie posee el poder político. (Wolff, 2001: 24)


[2] Es, pues, una sociedad en la que todos aceptan y saben que los otros aceptan los mismos principios de la justicia, y las instituciones sociales básicas satisfacen y se sabe que satisfacen estos principios. (Rawls, 2006: 410)


[3] La educación es una práctica, una actividad social, una acción […] (Fullat, 1979: 11).


[4] Cultura y hombre.


[5] […] la pedagogía es una reflexión, una teorización, un conocimiento o una toma de conciencia (Fullat, 1979: 11).


[6] “Y esta es la desdicha, que no somos capaces de colocarnos en aquel punto de vista cuando se trata de pre­decir las acciones libres. Pues sería el punto de vista de la Providencia que excede a toda sabi­duría humana, que abarca también las accio­nes libres del hombre, que éste puede muy bien ver pero no prever (para el ojo divino no hay aquí ninguna diferencia) porque para esto ne­cesita la conexión de las leyes naturales, indi­cación que hay que rechazar tratándose de las futuras acciones humanas.”(KANT, 1994: 102-103)




[7] Cuando decimos que la esquizofrenia es nuestra enfermedad, la enfermedad de nuestra época, no queremos decir solamente que la vida moderna nos vuelve locos. No se trata de modo de vida, sino de proceso de producción. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 40 )


[8] La esquizofrenia es la producción deseante como límite de la producción social. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 41 )


[9] […] sabemos perfectamente que el objeto real no puede ser producido más que por una causalidad y por mecanismos externos, pero este saber no nos impide creer en el poder interior del deseo para engendrar su objeto, aunque sea bajo una forma irreal, alucinatoria o fantasmática, y para representar esta causalidad en el propio deseo. La realidad del objeto en tanto que producido por el deseo es, por tanto, la realidad psíquica. Entonces podemos decir que la revolución crítica no cambia para nada lo esencial: esta manera de concebir la productividad no pone en cuestión la concepción clásica del deseo como carencia, sino al contrario se apoya en ella, se extiende sobre ella y se contenta con profundizarla. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 32 )


[10] Sustraer lo único de la multiplicidad […] Este tipo de sistema podría denominarse rizoma. Un rizoma como tallo subterráneo se distingue radicalmente de las raíces y de las raicillas. Los bulbos, los tubérculos, son rizomas. Pero hay plantas con raíz o raicilla que desde otros puntos de vista también pueden ser consideradas rizomorfas. Cabría, pues, preguntarse si la botánica, en su especificidad, no es enteramente rizomorfa. Hasta los animales lo son cuando van en manada, las ratas son rizomas. Las madrigueras lo son en todas sus funciones de hábitat, de provisión, de desplazamiento, de guarida y de ruptura. En sí mismo, el rizoma tiene formas muy diversas, desde su extensión superficial ramificada en todos los sentidos hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos: cuando las ratas corren unas por encima de otras. (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 12)