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CONFESOR DE UN LAPSO INVISIBLE...

...Análisis de la Realidad que Deviene Esquizofrénicamente en la Historia Cotidiana...Multiplexación de Recursos Académicos para la Comunidad de Científicos y Filósofos Doctos...
BIENVENIDOS....INVESTIGATIVA INTENCION IMPETUOSA LA EN ASISTENTES LOS DE ASISTENCIA Y PARTICIPACION PROGRESIVA LA POR CONTENIDOS DE CONSTRUCCION UNA PRETENDE PAGINA ESTA

LA EDUCACIÓN ES ACCION RIZOMATIZADA EN LA SOCIEDAD ESQUIZOFRÉNICA CONTEMPORÁNEA: COMPRENSIÓN HUMANA EN CONSTANTE DEVENIR





OSCAR JAVIER MURCIA HERNANDEZ
Filósofo

La sociedad humana es un constructo racional que proviene de un “acto educacional”; éste es un esfuerzo que trata de comprender y dinamizar la realidad cambiante y complejizada del orden teleológico de la humanidad. Es imposible pensar “la sociedad” por fuera de la educación. La educación es una condición que afecta indubitablemente al ser humano, que lucha en contra del “estado de naturaleza”[1] y se incrustar, por una disposición vital, en un estado social bien organizado[2]. Por consiguiente, pensar en una sociedad bien establecida es reflexionar sobre la “educación” como un fenómeno paralelo que surge y se desarrolla en nuevas combinaciones que promueven el enlace de la intersubjetividad humana. Esta relación entre educación y sociedad implica un progreso hacia la “complejidad”; hacia un movimiento esquizofrénico en la inconmensurable realidad científica y metafísica del hombre, que se hace indescifrable y que busca sin cesar su identidad antropológica en una “civilización y [en un] «complicado refinamiento», con las posibilidades del genio y de la locura y de todos sus intermedios (Kant – Béjar: 27). Esto indica que todo está incluido en la oferta del fenómeno de la educación y la sociedad; una actividad enriquecida en el ámbito de la libertad sin límites que se extiende hacia los múltiples paralelismos rizomáticos, que se manifiestan en el ámbito del conocimiento y la pedagogía.



EDUCACIÓN COMO FENÓMENO FILOSÓFICO



La educación es uno de los fenómenos más puros que recoge la esencia del hombre en un acto decente que se perpetua de generación en generación. La educación evidentemente tiene su comprensión en la acción[3] porque es en ella, precisamente, donde se encuentra su finalidad, es decir, porque “si educar es, cuando menos, transmitir información y habilidades que no se traspasan con el código genético […] nos ponemos de acuerdo en definir al hombre como aquel animal que produce informaciones y engendra habilidades que NO se heredan biológicamente; tendremos que Paideia y ánthropos[4] forman dos perspectivas de una sola realidad”(Fullat, 2000:20). Así pues, la educación se hace una condición necesaria de la facultad racional del ser humano para conocer su entorno y encontrar verdades sobre sí mismo en el tiempo: generar en su propia reflexión pedagógica[5], prácticas educativas, que detallen la sustancia de su condición humana y la transformen en una declaración positiva de la historia que se manifiesta a modo de una inteligente providencia[6]. El hombre no puede negar que su condición aprehensiva lo orienta hacia mejores resultados en su camino de saberes, “Porque nos las habernos con seres que actúan libremente, a los que se puede dictar de antemano lo que deben hacer pero de los que no se puede predecir lo que harán y que, en la misma sensación de disgusto que les puede venir del colmo de mal, pueden encontrar un impulso para hacer las cosas mejor de lo que fueron antes. (Kant, 1994: 101–102).

En consonancia, el camino de la educación demuestra que el constante devenir humano exhibe una sociedad causada por la interacción y la intersubjetividad entre sus congéneres, cambiando simultáneamente su posición y sus alcances, por lo cual se presenta la necesidad de comprender una sociedad contemporánea que se halla inmersa en las vicisitudes de una pluralidad humana que eclosiona de una manera esquizofrénica frente a las condiciones de sus propias necesidades de consumo. Por lo tanto, establecer una etiología sobre esta sociedad contemporánea es necesario para pensar el mayor alcance de la educación humana.



ETIOLOGIA DE LA SOCIEDAD ESQUIZOFRENICA

Cuando se habla de una etiología, se está interpretando el contenido de la causa del objeto que entra en reflexión. Si en este caso el objeto del presente discurso es la educación como un fenómeno cambiante y abundante en posibilidades, entonces, así mismo se debe tener en cuenta a la sociedad contemporánea como un objeto quimérico que expresa comprensión científica en la reciprocidad humana.

En consecuencia, esta etiología expone particularmente una categorización de la sociedad contemporánea desde la enseñanza de su principal forma: la esquizofrenia[7]. Este es un modo de invención interminable e inagotable de los deseos productores y las pasiones estimuladoras[8] de los seres humanos que buscan aprender: por un lado, “el deseo produce, produce lo real. Si el deseo es productor, sólo puede serlo en realidad, y de realidad” (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 33); por otro lado, la pasión es sinónimo de acción, “Todo es activo, acciona o reacciona en ese sistema, la acción de la voz de la alianza, la pasión del cuerpo de la filiación, la reacción del ojo apreciando la declinación…”(Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 196). Esto conlleva a entender que la sociedad esquizofrénica es una máquina ingeniosa[9] que fabrica múltiples realidades, múltiples posibilidades, en sus múltiples disyuntivas; es una máquina de combustión, externa e interna, a base de estímulos gigantescos de la arquitectura intelectual humana, a saber, su principal combustible amalgamado es la economía que deviene en Capitalismo,

“La sociedad construye su propio delirio al registrar el proceso de producción; pero no es un delirio de la conciencia, más bien la falsa conciencia es verdadera conciencia de un falso movimiento, verdadera percepción de un movimiento objetivo aparente, verdadera percepción del movimiento que se produce sobre la superficie de registro. […] el producir siempre se injerta sobre el producto, y las piezas de la máquina también son el combustible. […] El capitalismo nace, en efecto, del encuentro entre dos clases de flujos, flujos descodificados de producción bajo la forma del capital-dinero, flujos descodificados del trabajo bajo la forma del «trabajador libre».” (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 19. 38 39.)

Una máquina que se acopla a otras máquinas formando un solo organismo social que no es enteramente mecánico sino que advierte de la presencia de sus integrantes, socios. Es por esto, que la relación maquínica no tiene otro propósito más que una intención hacia la riqueza de la utilidad múltiple de lo que se genera o produce; en consecuencia, en lo que respecta al fenómeno de la educación, será el efecto rizomatológico quien determine la riqueza de la acción de aprender y del efecto que tendrá esta misma en el tiempo humano.



LA RIZOMATOLOGIA DE LA EDUCACION, PODEROSA NATURALEZA QUE SOBREVIENE EN LA CONDICIÓN HUMANA…

La rizomatología consiste en extraer la unidad de lo múltiple, evitando que el movimiento sea determinación en un sustantivo categórico, esto es, educación no es una noción que se determine según la definición de acción, sino que es multiplicidad en la posibilidad de un ser que se ubica en un concepto vigente y renovado que persiste en la realidad. Es decir, hablar de rizoma[10] es hablar de movimiento de múltiples realidades y posibilidades que no se jerarquizan radicalmente; por ejemplo, una perspectiva rizomática de la educación es evidente cuando en su experiencia fenomenica abarca todas las posibilidades como una realidad posible: En un rizoma hay lo mejor y lo peor: la patata y la grama, la mala hierba. Animal y planta… (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 12).

Lo mismo sucede en la sociedad con las posibilidades maquínicas que se ofrecen en el juego de las libertades (múltiples o azarosas), porque sus manifestaciones se canalizan en la objetivación que brinda la educación como rizoma dinámico que edifica lo inverosímil. Por ejemplo,

“El número ha dejado de ser un concepto universal que mide elementos según su posición en una dimensión cualquiera, para devenir una multiplicidad variable según las dimensiones consideradas (primacía del campo sobre el conjunto de números asociados a ese campo). No hay unidades de medida, sino únicamente multiplicidades o variedades de medida. La noción de unidad sólo aparece cuando se produce en una multiplicidad una toma del poder por el significante (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 14)"



CONCLUSION…

El perfecto resultado de una interpretación rizomática de la educación en una sociedad esquizofrénica está en que la acción no se puede estandarizar a una visión univoca de la realidad sino que por el contrario dependen de la multiplicidad cosmovisionaria de los socios. La educación se dispara hacia todos los puntos del universo, tanto mecánico como teleológico para generar múltiples conocimientos y pedagogías, sin desechar nada; nada puede estar por fuera de una posible comprensión humana en constante interrogación; nada se escapa, ni siquiera aquello que de la nada ha llegado a existir.






BIBLIOGRAFIA



1. DELEUZE Y GUATTARI, Gilles y Félix (2004). El Anti Edipo - Esquizofrenia Y Capitalismo. España: Ed. Paidos



2. DELEUZE Y GUATTARI, Gilles y Félix (2004). Mil mesetas - Esquizofrenia Y Capitalismo. España: Ed. Paidos



3. FULLAT, Octavi (2000). Filosofías de la Educación, Paideia. España: Ed. Ceac S.A,



4. FULLAT, Octavi (1979). Filosofía de la Educación. España: Ed. Ceac S.A,



5. KANT Y BÉJAR, Immanuel y Agustín (2001). Ensayo Sobre Las Enfermedades De La Cabeza. Madrid – España: Ed. Mt a Machado Libros,



6. KANT, Immanuel (1994). Filosofía de la historia. México: Ed. Fondo de cultura económica.



7. RAWLS, John (2006). Teoría de la Justicia. México: Ed. Fondo de cultura económica,



8. WOLFF, Jonathan (2001). Filosofía política, Una introducción. España: Ed. Ariel.




[1] Primero nos imaginamos un «estado de naturaleza», una situación en la que no hay Estado y nadie posee el poder político. (Wolff, 2001: 24)


[2] Es, pues, una sociedad en la que todos aceptan y saben que los otros aceptan los mismos principios de la justicia, y las instituciones sociales básicas satisfacen y se sabe que satisfacen estos principios. (Rawls, 2006: 410)


[3] La educación es una práctica, una actividad social, una acción […] (Fullat, 1979: 11).


[4] Cultura y hombre.


[5] […] la pedagogía es una reflexión, una teorización, un conocimiento o una toma de conciencia (Fullat, 1979: 11).


[6] “Y esta es la desdicha, que no somos capaces de colocarnos en aquel punto de vista cuando se trata de pre­decir las acciones libres. Pues sería el punto de vista de la Providencia que excede a toda sabi­duría humana, que abarca también las accio­nes libres del hombre, que éste puede muy bien ver pero no prever (para el ojo divino no hay aquí ninguna diferencia) porque para esto ne­cesita la conexión de las leyes naturales, indi­cación que hay que rechazar tratándose de las futuras acciones humanas.”(KANT, 1994: 102-103)




[7] Cuando decimos que la esquizofrenia es nuestra enfermedad, la enfermedad de nuestra época, no queremos decir solamente que la vida moderna nos vuelve locos. No se trata de modo de vida, sino de proceso de producción. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 40 )


[8] La esquizofrenia es la producción deseante como límite de la producción social. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 41 )


[9] […] sabemos perfectamente que el objeto real no puede ser producido más que por una causalidad y por mecanismos externos, pero este saber no nos impide creer en el poder interior del deseo para engendrar su objeto, aunque sea bajo una forma irreal, alucinatoria o fantasmática, y para representar esta causalidad en el propio deseo. La realidad del objeto en tanto que producido por el deseo es, por tanto, la realidad psíquica. Entonces podemos decir que la revolución crítica no cambia para nada lo esencial: esta manera de concebir la productividad no pone en cuestión la concepción clásica del deseo como carencia, sino al contrario se apoya en ella, se extiende sobre ella y se contenta con profundizarla. (Deleuze y Guattari, Antiedipo, 2004: 32 )


[10] Sustraer lo único de la multiplicidad […] Este tipo de sistema podría denominarse rizoma. Un rizoma como tallo subterráneo se distingue radicalmente de las raíces y de las raicillas. Los bulbos, los tubérculos, son rizomas. Pero hay plantas con raíz o raicilla que desde otros puntos de vista también pueden ser consideradas rizomorfas. Cabría, pues, preguntarse si la botánica, en su especificidad, no es enteramente rizomorfa. Hasta los animales lo son cuando van en manada, las ratas son rizomas. Las madrigueras lo son en todas sus funciones de hábitat, de provisión, de desplazamiento, de guarida y de ruptura. En sí mismo, el rizoma tiene formas muy diversas, desde su extensión superficial ramificada en todos los sentidos hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos: cuando las ratas corren unas por encima de otras. (Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, 2004: 12)

UN VERDADERO PARADIGMA DE UNA ETICA MUNDIAL PARA LA POSMODERNIDAD




¿Qué importancia tiene un replanteamiento moral en el paradigma de la posmodernidad?

Los hombres han sido conscientes de una realidad que se ha estado edificando desde los grandes  acontecimientos que han marcado la historia, por lo cual declara el evidente cambio del paradigma epocal: modernidad – posmodernidad; son testigos de una serie de acontecimientos históricos difíciles que han marcado radicalmente toda las complejas estructuras de la existencia en el universo mecánico, pero han estado aturdidos frente a su realidad teleológica.  Así pues, aquellos campos fundamentales en los que el ser humano se ha mostrado como un ser colectivo, político, religioso, económico, cultural, y especialmente, ético, han evidenciado la esencialidad del significado del hombre y la posmodernidad, a saber, una desvitalización general de los preceptos positivos de la historia en las costumbres. Esto demuestra que la multidimensionalidad del fenómeno humano se expande en consideración de su voluntad y esto impulsa una nueva formulación de su "telos" en el mundo.

Por lo tanto, la realidad se descubre frente a nuestra condición pensante y es clara la presencia del bien y el mal. Se sabe que la libertad existe en la comprensión del bien, pero se prefiere la esclavitud del mal en los artilugios que se envilecen, entre los alucinantes y miserables productos que resultan de la economía que recicla y descarta el valor del Ser, por el valor de la cosa, y esto, deja al descubierto el punto de partida para denunciar una ruina que deviene en caos humano, más no natural.

La libertad es una máxima subjetiva para cada ser individual que tiene mente y se sitúa en el tiempo. Ahora, como se ha mencionado, y tal vez,  pronosticado, también esta misma libertad, con su propio sentido, se ha desplazado hacia un campo de confusiones que no asimila la cotidianidad, y entonces, lo bueno y lo malo se convierten en unipolaridad, en la misma cosa.

El hombre de la posmodernidad, entiende la libertad de forma inapropiada, no como condición permanente sino como un concepto desposeído o hueco, sin orden, todo es posible; y no queriendo satanizar él termino, se puede afirmar que su configuración ideal ha mudado y ahora está más enfocada hacia el mal para deshabilitar la sindéresis[1]. La libertad se ha utilizado más para generar daños en las relaciones humanas que para entender su fenómeno en el universo, esto es, como sujeto en cambio y como integrante cosmopolita; concibiendo toda una mentalidad degradante que deviene en aplicación de un estado dominante - dominado, como si esto fuera una cadena de selección natural.

Ante toda esta problemática de una mentalidad errónea es necesario crear un nuevo orden; un nuevo replanteamiento de mentalidad que permita a los hombres tomar conciencia de la necesidad de reformar las estructuras morales para que la libertad permita realizar una concreta adecuación del cosmos en el que vivimos para la supervivencia estable y apropiada en el futuro.

El cambio de paradigma epocal (modernidad – posmodernidad) crea en el hombre toda una desorientación moral. y aunque es forzado en un cambio de tiempo, por algunos acontecimientos, genera toda una transición de mentalidad que despierta unos intereses hacia una realidad con deficiencias éticas, que destruye la dignidad y crea al neo esclavo de necesidades activas e inagotables.

Ese cambio de mentalidad significa la pérdida de uno de los aspectos más fundamentales del hombre para la supervivencia en este mundo; la estructura ética racional y el discernimiento moral. La falta de discernimiento es entorpecimiento en la mayoría de los hombres; la ausencia de racionalidad es crisis de comportamiento que se manifiesta primordialmente en el “desmoronamiento de las tradiciones, de un sentido global de la vida, de criterios éticos absolutos y carencia de nuevos fines, con todos los daños psíquicos que de ellos derivan”. Ahora los hombres en su mayoría se encuentran desorientados, sus prioridades más fundamentales de la vida no se definen ni se proyectan por causa de problemas como la “frustración, el miedo, la drogadicción, el alcoholismo, el sida, y la criminalidad” que a pequeña y gran escala, afecta el orden y la continuidad del mundo.

Se puede decir que el mundo se ha enfermado moralmente porque lo golpearon muy duro en la cabeza. Hechos históricos como, la Primera guerra Mundial, la Revolución Rusa, las crisis económicas, la Segunda guerra Mundial, la Guerra Fría, han arremetido contra la continuidad del comportamiento humano, y lo han contaminado de incertidumbre el porvenir humano y un resentimiento surge con el comportamiento de los habitantes mundiales en la ausencia de valores y la desobediencia con normas en el ámbito político, social, económico etc. Sin lugar a dudas, es claro que el elemento moral influye primordialmente en todos los ámbitos cotidianos del hombre.

Es por eso que existe la necesidad de crear un nuevo proyecto de ética en el mundo, en el que se involucren elementos humanistas que resalten la dignidad del hombre como un ser que necesita de la reorganización de su ambiente colectivo para poder emprender un camino de desarrollo integral y equitativo, porque su verdadera meta es llegar a ser más humano.

Es necesario, y es un imperativo para el camino de humanización, hacer una relectura reflexiva de los Derechos Humanos para construir una nueva sociedad democrática; porque es desde estos preceptos en donde los hombres pueden descubrir un “consenso de valores, normas y actitudes” que puedan dar inicio a una neo constitución ética de las estructuras humanas que permitan descubrir una posible salida al vacío existencial al que se estaba sometido. No hay que olvidar que para esto el uso de la fuerza debe sucumbir ante el valor de la vida humana.

Es posible pensar en el hecho de crear una nueva organización moral orientada a la emancipación real de las costumbres estableciendo con seguridad y confianza el alcance de un fin último o derecho teleológico: ser feliz.

Todo el proceso de cambio de mentalidad y continua reflexión tiene que llevar pues, unos pasos para la construcción de un modelo estructurado de comportamiento que determine los actos humanos sobre un carácter de racionalidad y de juicio. Este modelo se puede considerar como una “ética de responsabilidad”, en el cual solo funciona en el cumplimiento de una “ética de pensamiento original” (esta segunda permite que la primera encuentre una base para su desarrollo).

Es importante resaltar y dejar claro que el hombre en definitiva, desde una visión humanista, debe ser siempre en esta época posmoderna, el sujeto y el objeto de la realidad, porque definitivamente los órdenes sistemáticos de la ciencia, están hechos en total intención a la comprensión y al desarrollo de la especie humana; un mecanismo que deben estar siempre al servicio del hombre y no viceversa. En síntesis, el hombre contemporáneo debe ser el protagonista de su época y orientar su pensamiento hacia la consideración de su vida como un misterio que debe ser comprendido para entrar en armonía con el cosmos.

Para dar vigencia a lo anterior hay que decir que todo este dogmatismo expuesto solo tiene sentido a partir de una propuesta fundamentada en el ejercicio de la acción comunicativa pública porque convoca a todos los habitantes del mundo para que el proyecto entre en cumplimiento, es decir, para que un nuevo orden ético sea posible desde la globalización de la información seria que permita la expansión de una mentalidad sana y fresca. Esta globalización de la información se complementara con todo aquel recurso de buena voluntad en los métodos de enseñanza como las cátedras de enseñanza, los seminarios de experiencia, los foros, etc.

Después de todo un proceso de contextualización como el que hemos hecho hasta aquí, es necesario identificar ahora, los problemas más sobresaliente en el proceso del consenso humanista. Tales inconvenientes pueden ser:

La pérdida del sentido y valor por la vida. Muchos hombres en este tiempo se juegan con la vida propia y ajena de manera deshumanizante. Los seres humanos han desacralizado el concepto de la vida, en cada nación, cultura, religión y raza. Se está matando a la gente por la falta de recursos humanistas y por intereses de poder realmente inertes. Por ejemplo, la falta de educación en las ciencias humanas por la inserción masiva de la educación técnica a causa de la economía salvaje y los ambiciosos proyectos gubernamentales que arrasan con la propiedad y vida de los menos favorecidos en el mundo.

Se ha creado una sociedad mitómana  aferrada a intereses individuales que no tienen otro fin que desencadenar contiendas de deslealtad, engaños, traiciones, falacias, corrupción etc, por publicidad desmedida que promueve el acceso al poder sin límite. El hombre miente por intereses propios y egoístas, la verdad es solo un obstáculo en un mundo de fieras megalómanas. La filosofía debe trabajar en este sentido denunciando críticamente lo que es falaz, siguiendo aquella recomendación del filósofo al que preguntaban para qué aún filosofía?, y él contestaba, “ para que no nos engañen”, “para que no nos timen”. Esto procurara en cada uno una actitud saludable que conduzca al bien del conocimiento y no a la aborazada destrucción que trae consigo la oscuridad de la mentira

Se está manipulando el cuerpo de las personas desde una multiplicidad de intenciones políticas que sobrepasan su dignidad: abortos, clonación, tráfico de órganos, experimentación inhumana, tráfico de personas y comercio ilegal sexual, esclavitud en maquilas, degradación por propagación de enfermedades sexuales por ausencia de educación, la instauración de problemas mentales-afectivos por la información sin control…; todo esto es una forma de evitar la consolidación de las costumbres como una alternativa que puede salva la vida mundial.



Todos estos actos que van en contra de la honestidad y la honradez entre los seres humanos están acabando con la mentalidad de un buen progreso que  comprenda a las generaciones posteriores, porque todo se transmite y de la misma manera, se practica. El Estado debe buscar cerrar brechas entre ricos y pobres no solo con la asistencia material, sino que debe abrir y compartir el conocimiento científico y moral con los demás hombres. Aunque el neoliberalismo ha generado individualismo, egoísmo, indiferencia y ausencia, no se puede olvidar el poder de la  “Justicia Pública” en el verdadero sentido de la palabra, se encontrará en un efectivo acontecimiento de la comunicación global.  


A todo esto se debe tener en cuenta  diferentes aspectos comprendidos de la siguiente manera:

Es necesario enseñar de que la vida no es un objeto inanimado o una condición difícil de afrontar, sino que es un don dado por Dios mediante un proceso natural que se ha venido gestando desde hace miles de años; me refiero a que el hombre es el único ser que tiene la posibilidad de repetir todo el ciclo de evolución en nueve meses, teniendo en cuenta su condición de pensante.

También sirve la aclaración de que la vida no se puede manipular irresponsablemente como un objeto desde un laboratorio tal como lo han hechos algunos científicos “malvados”; la educación en las universidades debe ser más consciente de una integralidad humana que protege, no que destruye.

Es necesario implantar en las familias nuevos mensajes de reorientación que fomenten la honestidad y la transparencia, que enriquezcan las costumbres.

También es bueno en las instituciones de educación secundaria se creen ambientes apropiados para crear cambios positivos en las costumbres por medio de la difusión de contenidos humanos en medios de comunicación social. 

La desigualdad es el epicentro de toda la enfermedad social, política jurídica y moral. Si se trabaja de manera integral en los sectores más necesitados con un asistencialismo educativo-moral y económico, tal vez el problema de la desigualdad se pueda ir atenuando hasta un nivel controlable.  Se debe detectar la corrupción y trabajar para quitar campo al poder de la destrucción humana que no sabe sobre el tesoro de la convivencia y la cooperación humana.

Para concluir con este proyecto, es necesario que todo gire bajo unos presupuestos de superestructura que sustenten y orienten todo el andamiaje de esta propuesta:

El hombre es un ser que tiende a lo bueno y tiene la posibilidad de afrontar toda clase de problemas morales por su condición pensante y reflexiva. 


La paz solo es posible cuando los seres humanos reconocen la importancia del otro en un ambiente de cordialidad que se funda en la Cultura y no violencia.



[1] Ley de los primeros principios: hacer el bien y evitar el mal.

EL HOMBRE DEL SUBSUELO


 Memorias del Subsuelo: enunciado que parece un reclamo. Recorrido por la vida de un hombre que no tiene identidad: un trabajo como funcionario, o tal vez, como asesor de colegios es su identidad; de una vida cómoda después de cuarenta años de subsuelo, por los beneficios de un pariente lejano que decide separarse de seis mil rublos. Es en definitiva, un hombre que habla solo, que habla de sí mismo. Habla con el viento lo que no le parece y a unos lectores imaginarios lo que le parece. En su radical monólogo, no se queda ni un mínimo de reclamo por fuera: tal vez un reclamo de hombre moderno subyugado por las nuevas realidades que devienen sin cesar. 

Un personaje que se espiritualiza en la narración y revela un condición que lo acompaña: es un hombre insípido que se aleja del interes por el pensamiento del otro, lo que piensan los demás no tiene importancia: “Soy un enfermo, soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hígado. Pero no se absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza donde me duele”. La vida le ha enseñado lo que sabe; tal vez, lo único que cuenta es lo que sabe, pues debido a ello ha podido sobrevivir.

La vida es para este héroe, todo lo contrario. No existe la felicidad, sino el pesimismo de seguir viviendo, aunque a veces, declare interes por una longevidad que desearía: “Vivir mas de cuarenta años es una inconveniencia, algo inmoral y vil. ¿ Quien vive después de los cuarenta años?... los imbeciles y los bribones… tengo derecho a hablar así, porque yo viviré hasta los sesenta, hasta los setenta, hasta los ochenta años!. ¡Espérenme!. ¡Déjenme recobrar el aliento!”. Sin embargo, es también su estilo el hablar así, lo que permite inferir sus memorias que son como recuerdos de la vida en que estuvo sepultado, es decir, en que estuvo trabajando nada más que para vivir. Es por eso que su forma peyorativa de hablar, solo muestra ese espíritu de trabajador capitalista que lo controla: se compara con el hombre de conciencia refinada y quejumbrosa de hombres naturales que tienen que trabajar; que tienen que moverse, que no se pueden estar quietos. 

En él hay una voluptuosidad que lo identifica, no como algo que lo enaltece, sino como algo que lo denigra. La figura del condenado es evidente en este aspecto: “La voluptuosidad procedía, en este caso de que me daba clara cuenta de mi humillación, la cual provenía del convencimiento de haber llegado al limite: “Tu situación es abominable – me decía a mi mismo -, pero no puede ser otra; no tienes ninguna salida; no podrás cambiar nunca, porque, aunque tuvieras el tiempo y la fe necesarios para ello, no querrías convertirte en otro hombre. Por otra parte, aunque quisieras cambiar, no podrías, ¿en que otra cosa te transformarías?. Quizá no hay ninguna.”. La cualidad de la voluptuosidad es una variable del negativa en el condenado en tanto que (Dostoievski y su personaje) se muestra un ser desposeído de ideales y se muestra con un carácter permisivo a la hora de hablar: critíca, pero acepta lo que pasa con resignación. 

Resentido por la legalidad del mundo moderno, habla de la ciencia como aquello que aniquila, que mata y no deja vestigios de vida volitiva. La ciencia es un espectro que le envuelve y le representa: una fuerza en progreso intelectual que devela el mundo circundante, tomando todo como objeto de estudio. ¿Qué significa esto?. Representa la cosificación del hombre; la insoportable vida objeto de la que se es presa, cuando se vive en una época en donde hasta el cuerpo en sus diferentes trozos tiene un valor de estudio o de cambio: “¿puede uno negar su naturaleza? La ciencia nos dice 2 mas 2 son 4, que la razón tiene un lenguaje antiguo y universal. Pero mas allá de la razón esta la consciencia”. La ciencia va de la mano con la economía, sin dudar la una de la otra, tolerando que este hombre termine pensándose como un producto del mercado, y que por ende, niegue todo tipo de pasión: la critica del personaje se dirige hacia la presión de la vida que experimenta (tal vez, por su vida inerte de subsuelo). 

En esta narración hay algo misterioso y muy interesante, el sentido de las frases implícitas permiten encontrar memorias no solo de Dostoievski, sino que además, también el lector descubre su encierro, entablando una relación de sentido personal e intimo con la obra, que atrapa y sepulta, para comprender el subsuelo como un lugar secreto en el que se puede escapar para crear las conversaciones mas existenciales y metafísicas, y de esta manera, dar descanso al alma : “Entre los recuerdos que todos conservamos de nosotros mismos, hay algunos que solo se los contamos a nuestros amigos. Otros, ni siquiera a nuestros amigos se los queremos confesar y los guardamos para nosotros mismos bajo el sello del secreto. Y existen, en fin, cosas que el hombre no quiere confesarse ni siquiera a si mismo”.

LO MARGINAL, UN PROBLEMA HISTÓRICO ANTROPOLÓGICO EN LATINOAMÉRICA.



Dos nociones emergen al tema histórico de las instituciones democráticas en Latinoamérica: lo significativo y lo marginal, nociones problemáticas de la antropología histórica y filosófica. Es evidente que dentro de todos los acontecimientos históricos de nuestra tierra, la llegada de los conquistadores españoles significó incrustar nuevas estructuras de gobierno peninsular europeo, promoviendo lo marginal en los acontecimientos históricos que devenían. 

La contención de los intentos inconclusos de los movimientos revolucionarios en América Latina, no sobresalieron a pesar de las necesidades históricas de los pueblos de las tierras vírgenes del sur que recibían el espíritu de las más inclementes y estrepitosas fuerzas del espíritu del viejo continente, he ahí el grito unánime de la existencia de lo marginal. Los ideales incipientes hacia la eliminación de las estructuras pseudo-democráticas de los invasores, que históricamente, estaban representadas en el poder oligárquico, solo dejaban en evidencia los portentosos intereses de las manos de los hombres nobiliarios y revelaban una hipocresía que se alejaba de las necesidades de los personajes populares, legítimos, que reclamaban la experiencia de la verdadera democracia. Así pues, nuevos terratenientes se manifestaron en el ámbito histórico y políticos, apostillando las clausulas infames de lo marginal y la exclusión.


Una de las principales particularidades del hombre latinoamericano que padece la condición de lo marginal es, en cuanto a lo que se refiere a su estructura política, el cambio sufrido de su noción de persona. Su carácter intersubjetivo se ha reducido a una condición difusa del individuo. El individuo está sólo, abandonado, ensimismado, secularizado; por lo tanto, estas son característica que explican los acontecimientos históricos que le han seguido a las estructuras de gobierno que ha promovido los hombres suramericanos. 

El individuo es un ser que se orienta hacia sí mismo evidenciando un cierto egoísmo que construye la desigualdad entre todos los integrantes de las sociedad. Tanto así, que la existencia de las clases sociales y su lóbrega experiencia ha sido indicativo de esta falsa noción determina la realidad del ser humano. Porque en el contexto de lo democrático, esto ha sido lo más evidente que se ha vivido, encontrando que el pueblo se ha convertido [1] en un indigente dependiente de los poderosos que se hacen “humanos” a partir de este acontecimiento.


Es de esta manera, que las guerras de independencia en América Latina se han desarrollado, instaurando un atraso, no en las personas, sino en los individuos para hacer una verdadera revolución económica, social, política totalmente desacralizada de lo humano. Los grandes disturbios de la historia de independencia, no han sido más, que pequeñas, mal desarrolladas, formas de impacto que no fueron efectivas para realizar ruptura en las estructura de gobierno secular. En la época de la colonia esto fue evidente. A la sucesión de un tipo de gobierno nunca siguió otro distinto, por el contrario, lo que sucedió fue un “cambio de guardia” que no cambiaría nada lo establecido, más lo único que sí cambiaría, seria a los individuos que detentan el poder: la realidad entre los criollos y los chapetones. Uno de los ejemplos más sobresalientes, fue manifestado en el movimiento de los Comuneros, en donde la premisa era “abajo el mal gobierno, arriba el rey”, cuando debió de ser, “abajo el mal gobierno, abajo también el rey”.


De tal forma, se puede reconocer esa falta de reconocimiento en el hombre latinoamericano de su personalidad, que se le ha restringido para luchar, para combatir, en contra del orden señorial impuesto como monopolio de corte cultural, que se sustentaba en valores sociales, estructuras normativas, organización social, y técnica[2]. Es verdad que un cambio significativo sería un nuevo orden social adaptado al anterior, también en, un orden revolucionario distinto con circunstancias propicias [3], pero lo que actualmente acontece, es que lo marginal ha reinado evidenciando que los elementos de orden social son graduales, parciales, menores [4].


De tal manera, que dentro de las guerras de independencia lo que sucedió fue un cambio marginal más no un cambio significativo. Esto sustentado en la pasividad, temor, adaptacionismo, del hombre suramericano a las estructuras, que inicialmente coloniales, han denotado relevancia de dominio, tal vez debido, a un elemento pedagógico que siempre impresiono a los hombres del nuevo mundo, como lo fue la inserción de elementos propios de la Ilustración: “lo que resulto a la larga, fue una democracia de tipo “ateniense”. Se quiso ser leal a la forma y a la palabra, a la cláusula y al capítulo antes de prestar estricta atención a la esencia de lo nuevo. Las constituciones fueron y vinieron como ejercicios literarios, o quedaron como expresión de buenas intenciones en hombres ilustres”[5].



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[1] Cfr.VARIOS. Antropología en perspectiva latinoamericana. Bogotá: Ed. USTA., 1990. p. 221


[2] Cfr. BORDA, Orlando Fals. Las revoluciones inconclusas en América latina 1809-1968. Colombia: Ed. Siglo XXI, p. 18


[3] Cfr. p. 19


[4] Cfr. p. 19



[5] Ibíd. p. 22